sábado, 28 de agosto de 2010

Madre al borde de un ataque de nervios

Piedad. Les pido por favor, señores directivos de la institución educativa, que dejen de ser tan creativos en sus roles.
Me basta con que den un buen ejemplo y sepan guiar con ternura y firmeza a los alumnillos (léase, queridos hijos míos)
No es necesario, se los suplico, que inventen salidas ecológicas y viajes ultradidácticos fuera de los muros del colegio. ¿Hace falta?
Mis dedos están entumecidos de firmar y rellenar tanta papeleta. Que número de DNI de cada vástago, más el teléfono y signo del zodíaco del médico de cabecera, más chequeo express de la salud actual y próxima pasada del alumno (Léase hijo de Dios) Más "tache lo que no corresponda" en rubros que van desde la nutrición hasta medicación presente o ausente pasando por una muestra de las huellas dactilares y una extracción de sangre para verificar el grupo sanguíneo.
No, yo no pienso hacerles juicio si la niña se cae del columpio o si el niño se quema el muslo con la chocolatada caliente.
Sí, me interesa que conozcan la flora y fauna del planeta y también que estrechen vínculos con sus pares en un lindo día de campo, pero estoy HARTA de firmar y refirmar y ultrafirmar ochocientos mil formularios que lo único que hacen es apilar más pulpa de papel (que no es ecológico ni reciclado) en el sobreabastecido planeta que habitamos.
¿Por qué no aprovechamos los maravillosos avances tecnológicos y hacemos el trámite de los permisos via web? ¿No sería más higiénico, más veloz y menos traspapelado?
AH!, lo exige el ministerio. ¿El de la Iglesia? Porque si es así podemos hacer una cadena del rosario pidiendo por la salud mental de las madres y de seguro recibiremos una dispensa Papal.
No, no me estoy burlando. Sólo estoy proponiendo un método que no ponga en riesgo la sanidad mental de la que suscribe.
¿Que eleve la queja al comité directivo? ¿Por escrito? !No les digo que el temita de que sea todo por escrito es lo que me perturba y altera?!!!!
Si, estoy calmada. No, es sólo un problemita de presión. No, no estoy tomando medicación alguna, tampoco mi hija. ¿Que deje constancia en la ficha médica de mi hija de los antecedentes de alta presión y crisis de nervios en la familia?
Socorro!!
Me rindo...

jueves, 5 de agosto de 2010

Ver TV después de hora te puede costar caro

Una de esas noches de desvelo.
Abrí la heladera, leí un rato, tomé el vasito de leche tibia con miel que recetaba mi abuela, pero el sueño se me retobaba.
Sucumbí, finalmente, al clásico destino: el gigante y plasmático chupete electrónico.
Hice zapping por varios canales hasta que el dedito gordo se desmayó en un canal hipnótico y nefasto.
Y ahí estaba el humpty dumpty de violeta convenciéndome de que si compraba el Happy chop mi vida sería menos complicada y más felíz. Que el japichop te pica, te tritura y te rebana toda pena. Que la cebolla no te hará shorar nunca más y el ajo, tan saludable como oloroso, no dejará rastro en tus dedos. Que se lava solo y se ubica prolijito en el estante correcto. Eso prometía el gordo doblado al castellano centroamericano.
Y yo compré 2.
Después vino la chica del bikini azul y los abdominales de tabla de lavar. Y me contó de su abdomináizer míraquel smáil y de que te lo ponés unas horas nomás y los rollos se desintegran dando paso a un abdómen chato y aterciopelado, fuerte y resistente. Y adiós dolor lumbar!
Y compré 2 más.
Y al rato llegó Johny con el palito de esponja que te limpia los vidrios de ambos lados a la vez y entonces podés ver el valle de La Luna y El lago Nahuel Huapi sin moverte de tu casa. Y ya no te duele la espalda ni corrés el riesgo de caerte de la escalera enclenque que compraste en la ferretería de Tito hace 15 años.
Y compré 3. Uno para mí y dos para regalarle a mi mamá y a mi suegra.
Y cuando me quise acordar ya había dado mi número de tarjeta infinitas veces en la noche, y no para tragos largos ni para acceder a ningún VIP de boliche.
Remordimiento. Sensación de culpa. Autoreproche.
Una noche de despilfarro virtual. Pero no para mi presupuesto, que se verá dolorosamente rebanado, picado y triturado. Y eso, señor Humpty Dumpty del embuste,lo sé, no me hará nada felíz.