lunes, 30 de mayo de 2011

Larga vida a la Globalización

Esta globalización me tiene confundida.
Antes, una tablet era algún medicamento chatito para aliviar alguna dolencia.
Ahora, es un gadget (aprendete esta palabrita, yo sé lo que te digo) que intenta destronar a la viejita PC. Ya no basta con saber navegar por el cyber espacio, chatear en simultáneo, bajar música y pelis gratis, subir fotos, recuperar amiguitos del jardín de infantes en feizbuk, no. Ahora hay que andar con la compu (tablet) a cuestas. Por eso debe ser finita y fácil de cargar.
Yo por ahora no adherí. Sigo llevando en mi cartera, eso sí, tablets de chocolate.

Antes, las blackberries eran esas frutitas silvestres de color negro que te dejaban manchadas las manos y los labios después del festín.
Ahora, son aparatitos poderosísimos que todos quieren tener. Tienen cámara de fotos, de video, de teletransportación, te conectan con todos los países del mundo y con todos los planetas, te despiertan, te ponen música, te hacen vibrar, te almacenan todo lo que quieras en centímetros cuadrados (QEPD bibliotecas y albumes de fotos) y si tenés un pin parece que automáticamente pasas a ser miembro de alguna cofradía inteligente, digital y diligente, que te permite estar al tanto de todo, todo el tiempo sin moverte de tu casa.

Antes, Tweety era un simpático pajarito animado que se la pasaba escapándose con astucia del gato de la casa que quería comérselo a toda costa. Ahora es un replicador constante de frases procedentes de todo tipo de coeficientes intelectuales y desintelectuales, que quieren que sus ideas sean devoradas sin esfuerzo alguno por miles y miles de seguidores y twitteadores.

Antes, chat era gato en francés.
Navegabas en mares y ríos.
Se refrescaban los cuerpos y las cabezas, no las páginas.
Celular hacía referencia a la anatomía o la biología.
Chips eran snacks.
Bytes eran bocados.
Antes, inteligentes eran las personas. Ahora lo son las casas, los autos, los sistemas de audio y video, las cafeteras, las tostadoras...

En fin... o uno empieza a globalizarse de alguna manera o queda atrapado para siempre en el canal Volver.

domingo, 15 de mayo de 2011

Ahora uso jabón

Ya te lo dije, la globalización no espera a nadie, y si no aprendiste inglés andá a arreglártelas como puedas cuando estés en la góndola del super intentando llevarte el tradicional champú. Y si desaprobaste biología y química de manera sistemática en la secundaria es probable que tiembles cuando estés leyendo la parte de atrás de los envases y también la de adelante.
Te explico. Ya no basta con salir a hacer las compras con billetera, ahora tenés que llevar un diccionario versión pocket inglés-castellano, castellano-inglés, además de un manual de química y biología y un listado exhaustivo de las oleaginosas y sus derivados.
Si no, ¿como sabrás si te conviene llevar un shampoo clear tech soft o uno dual effect? ¿O si a tu pelo le hace mejor la avena con o sin pasas o las semillas de lino?
No, no es lo mismo lavarse con un shampoo de fitoplancton que con uno de jalea real. Supongo que el primero es más adecuado si pensás irte de vacaciones al mar y el otro es para un picnic en el campo. Como los de eucalipto y los de proteína de trigo. Ahora, si tu idea es lavarte y quedarte en pantuflas en tu casa viendo una peli podés probar con la leche de almendras, los de manzana y pera, y los de alóe y palta. Pero no condimentes nada, a ver si engrasás tu cuero cabelludo por demás.
Si estás en plan de salida romántica te recomiendo: los de jojoba complex, que son afrodisíacos, si estabas apostando a una noche hot-free-style sambullanding; o los de capullo de algodón, que suavizan y purifican, si tu onda es más conservative-quieto ahí-saca la mano Antonio o como te llames.
Los de liposomas y proteínas de colágeno son para las que transitan el molesto climaterio. Los que contienen aceite de purcelin para las púberes. Los de extracto de cardo y ginseng para las constipadas, y el extracto de oliva para las de digestión lenta. ¿Me seguís? Porque ahora viene la parte más compleja. La de saber cuál es tu tipo de cabello y que shampoo le conviene para no parecer una recién electrocutada. Va la listita:
Para las enruladas, garabating style: Rizos obedientes, Rizos definidos, Liso extremo, Frizz control y Sedoso for ever.
Para las que ya fueron disciplinadas de nacimiento y tiene el cabello hiper lacio: Hydra curl, Volume aumentanding, Color & power incrementeiting, Rizos in crescendo, Voluminizing y replenishing hair and mind (Ya te dije, el diccionario)
Para las que tienen el cabello seco y quebradizo: Reparación total, Anti quiebre, Damage therapy, intensive empowering service y, en casos extremos, S.O.S reconstrucción estructural.
Ahora, si esta valiosa información que te doy no te fuera suficiente, pedí turno con Thomas Taw (experto en cabello dañado), Yuko Yamashita (experto en cabello lacio), Teddy Charles (experto en volumen), o hacé como yo y empezá a lavarte el pelo con el clásico, minimalista y nada rebuscado jabón.