lunes, 27 de febrero de 2012

¡Que complicado es ser ecológico!

Antes, cuando nadie sabía qué era la capa de ozono y los sprays se usaban a toda hora para el pelo, para planchar, para disimular malos olores, para espantar moscas y cucarachas y matarlas bien fuertes, éramos anti ecológicos.

Antes, cuando la basura era una mezcla infinita de papeles, botellas de vidrio, plásticos en desuso, pilas muertas, cables, chicles, hojas de afeitar gastadas, cartones, restos de comida, pelos, biromes sin tinta, aceite desechado, tarros de aerosoles vacíos, etc, etc, éramos unas bestias prehistóricas poco lógicas y extremadamente anti ecológicas.

Antes, la basura se tiraba en bolsas de plástico por un tobogán oscuro y tenebroso hacia los sótanos del infierno y allí se incineraba a fuego intenso. No se reciclaba, ni se fraccionaba según la clasificación: vidrios, plásticos, papeles, "otros"... Se metía todo adentro, como en un gran estómago, y se lo ofrendaba al dios del fuego que lo deglutía en sus fauces volcánicas hasta hacerlo polvo y cenizas. Y eso era, definitivamente, cero ecológico.

Antes, las bolsas del supermercado eran bien fuertes, bien plásticas y resistentes. Adentro podías meter dos damajuanas que la bolsita te lo aguantaba todo. Ahora, las bolsas están hechas con la baba misma del diablo, y si ponés más de dos productos juntos la bolsita te los escupe sin asco afuera y andá a reclamarle el exabrupto a los ángeles custodios.

Antes se le hacían ofrendas a santitos y beatos del mundo entero, ahora se alaba al reciclado.
Las estampitas multisantoriales fueron reemplazadas por las etiquetas con el loguito de flechas curvas y verdes que auguran un amplio y verdisimo espacio en el cielo. "Reciclarás tu siembra".

Antes, las cosas eran agradables, ahora si no son biodegradables no merecés vivir.

Antes, se usaban las pieles de animales para soportar fríos extremos. Ahora, si los defensores de animales peludos te ven con un cuellito de piel paseando despreocupadamente por la calle lo más probable es que te degüellen y le ofrezcan tus restos a los perros.

Antes se usaba el nylon y el rayón y las telas sintéticas. Ahora, hay que usar algodón puro, respirable, y fresco para sintonizar con la naturaleza y airear debidamente todas las zonas del cuerpo.

Antes el helado se degustaba con cucharitas plásticas de colores, ahora en el primer lengüetazo se te queda pegada la cuchara de madera "apta reciclado" y andá a despegártela como puedas.

Antes los niñitos jugaban felices y confiados con juguetitos de hojalata, ahora si no tienen no se cuantos Isos y permisos aprobados puede que el niño no conozca un juguete en su vida.

Antes podías exponerte al sol y disfrutar de la playa todo el día ( e incluso hacer las 4 comidas bajo los rayos veraniegos del astro rey) ahora si no te pusiste protección 600 ni se te ocurra encarar hacia afuera de tu casa, corrés riegos gravísimos y fatales. Así que si planéas vacaciones en el exterior ( me refiero fuera de las paredes de tu casa, no fuera del país) sacá turno con la dermatóloga, el especialista en cabello dañado, el oculista para que deje tus ojos aptos para fuegos intensos y proveéte de unos cuantos ponchos de lino respirable versión sunscreen total, sombreros de ala matic bien ancha ( en lo posible que cubra un radio de 3 metros a la redonda para proteger al grupo familiar y amigos), zapatos antideslizantes con goma respiration hardware ultra finos en tonos claros y, oh sí, anteojos espejados de doble vidrio polarizado y antibalas (hay que estar protegido contra todo riesgo)

Antes no cuidábamos debidamente nuestro planeta, es verdad. Y hoy accedemos a información que antes no teníamos pero,¡Qué complicado es ser ecológico!

Victoria Branca

1 comentario:

laura dijo...

BUENÍSIMO!


Es complicado, pero vale la pena. El novio de MAría trabaja en una org q se llama dónde reciclo, y calculo que dentro de un tiempo no va a ser tan complicado, pero me encanta cómo está escrito. Ché, y ese "antes" no fue hace tanto. Dios mío!